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Lalín (Pontevedra)

Ramón María ALLER ULLOA.

Sacerdote, matemático y astrónomo. Nace en el pazo de Filgueiroa (Donramiro) el 3 de febrero de 1878. Inició los estudios con los jesuitas de A Guarda y los continuó en el seminario de Lugo; a los veinte años, antes aún de ser subdiácono, ya alcanzara el doctorado en Teología. Ordenado sacerdote con dispensa de dos años, a los 26 obtenía como alumno libre la licenciatura en Ciencias Exactas por la Universidad de Madrid, y en 1912 se doctora con premio extraordinario. Es en este mismo año cuando construye en Lalín el primer observatorio astronómico de Galicia, siguiendo la afición mostrada desde niño.
El "milagro de Lalín" , como le llamaba Castroviejo, pasaba mirando las estrellas todas las horas que le dejaban libres sus ocupaciones docentes y pastorales.
En 1939, es encargado de explicar Geometría y Análisis Matemática en la Universidad de Santiago y cinco años más tarde se crea para él la Cátedra de Astronomía. Don Ramón, que al principio llevara a Santiago su instrumental de Lalín, dispone ya de un observatorio en la Universidad. En él prosigue sus estudios del firmamento, en estrecha relación con los principales astrónomos europeos del momento, no en vano dominaba diez idiomas. El inglés Wilkins puso el nombre de Aller a un cráter de la Luna.
Miembro de la Academia de las Ciencias Exactas de Madrid, de la Comisión de la Astronomía y de otras instituciones mundiales, inventor de aparatos de observación, de medición, algunos de ellos adoptado por el observatorio de París... Don Ramón acaba de cumplir 60 anos, es nombrado catedrático y director vitalicio del observatorio de Santiago, sacerdote honorario, y hijo adoptivo de la ciudad.
Fallece el 28 de marzo de 1966, cuando contaba 92 anos de edad. Su muerte fue llorada por todos sus paisanos.










As polémicas veciñais acerca da oportunidade de situar esta obra no centro da vila, medio pobo a favor e medio en contra, xa foron un bo agoiro para este animal que se pasea mansamente pola rúa de Lalín. Finalmente, cando a xente toda estivo afeita á súa presencia, converteuse no punto da vila máis fotografado; constatación de presencia, a xeito de souvenir. A escultura afincada directamente sobre o pavimento, traballada con soltura e realismo amosa un bo exemplar porcino; carne de calidade embutida que se forma e presenta en metálica conserva. Un descarado fociño e unha incógnita ollada que se agocha tras dunhas grandes orellas colgantes, presiden a cacheira ladeada deste porco pesado e robusto que camiña paseniño exhibindo as redondeces do seu corpo gordecho. Á hora de facerlle unha merecida homenaxe a un dos animais máis salientables do gando galego, que é por iso unha dedicatoria ó protagonista absoluto da gastronomía local, Manolo Rial imaxinou un porco ben feito, san, cebado, capado e sen cheiro; un porco que folga calmo, elegante e rotundo pola vila, ignorante da chegada do San Martiño. El sacerdote Buenaventura Cañizares dejó probado con documentos demostrativos que el topónimo Lalín viene de "Lalino", un colono del Conde de Deza que tuvo a su cargo las tierras en las que,
años más tarde (980), se erigió el monasterio de San Martiño de Lalín de Arriba.











Arte

El término Galiza es un topónimo histórico usado en la Edad Media en gallego. Sin embargo cayó en desuso en favor de Galicia (el cual se ha mantenido como el topónimo oficial y habitual tanto en gallego como en castellano, tal como recoge el Estatuto de autonomía de Galicia) hasta que en el siglo XX fue recuperado por el nacionalismo gallego (en la actualidad, Galiza es el topónimo usado habitualmente por el Bloque Nacionalista Galego y el único que aparece en su propuesta de reforma del Estatuto). Galiza es también el topónimo único para Galicia para los reintegracionistas, una corriente lingüística e ideológica minoritaria.
Tras la aprobación por parte de la
Real Academia Gallega de la normativa de la concordia en 2003, Galiza fue aceptado también como un topónimo en gallego. Existen posturas que defienden que Galiza es también un topónimo oficial, ya que dado que la Ley de Normalización Lingüística gallega establece que los topónimos oficiales serán los topónimos en gallego, y que Galiza ha sido reconocida como topónimo correcto en gallego, es ya de hecho un topónimo oficial, al mismo nivel que Galicia. Sin embargo, las denominaciones de las comunidades autónomas no se definen mediante leyes de rango autonómico, sino mediante leyes orgánicas (los estatutos de autonomía), que deben ser aprobadas por las Cortes Generales españolas (la Constitución española determina, en su artículo 147.2, que «Los Estatutos de autonomía deberán contener ... la denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica»), por lo que, en tanto que no se reforme el Estatuto de Autonomía de Galicia y éste incluya explícitamente esta denominación, el topónimo Galiza no designa oficialmente a la comunidad autónoma de Galicia, en ningún idioma (adicionalmente, el propio texto de la reforma normativa establece una distinción entre ambos topónimos, aludiendo únicamente como oficial a Galicia: «Se mantiene Galicia como voz legítima gallega, denominación oficial del país y forma mayoritaria en la expresión oral y escrita moderna. Galiza se considera también una forma legítimamente gallega, ampliamente documentada en la época medieval, que fue recuperada en el gallego contemporáneo»).


Historia Gallega

En la Antigüedad los griegos la llamaban kaleikói (καλλαικoι), que era el nombre con que sus habitantes se conocían a sí mismos. El topónimo procede de la denominación de los pobladores celtas que arribaron en dos oleadas sucesivas, la primera en torno al 1800 adC y la segunda en torno al siglo IV adC (celtas de Hallstat). El topónimo evolucionó a Gallaecia bajo la administración romana. En la época medieval se constituyó como reino independiente, con el nombre de Reyno de Galicia formando parte posteriormente del Reino de León, aunque mantuvo su carácter de reino (Reyno de Galicia) el territorio de la actual comunidad autónoma hasta la llegada del absolutismo en el s.XIX, momento en el cual se crearon las actuales provincias gallegas y se creó como tal la corona española, unificando las diversas coronas de "las españas", que poseía el monarca. En el período transicional entre la Edad Antigua y la Edad Media la Galicia fue llamada ocasionalmente Suevia debido a que en este territorio fue el centro en el cual se establecieron las etnias invasoras de los germanos suevos ( o suavos).









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